La literatura de imaginación


  1. La literatura de género y la literatura "en general"
  2. Definiciones
  3. Historia
  4. El sector editorial en España



1.- LA LITERATURA DE GÉNERO Y LA LITERATURA "EN GENERAL".

Conviene empezar este trabajo proponiendo algunas definiciones y clarificando algunos conceptos, y así, en primer lugar debemos ocuparnos de qué es exactamente la literatura de género, y qué es lo que la distingue de la literatura en general (llamada por los anglosajones "mainstream", corriente principal, de la que se separan los distintos géneros, como afluentes de un río). En este punto conviene señalar que estos términos no son absolutos, y así, por ejemplo, una novela perteneciente al género de terror puede al mismo tiempo estar encuadrada dentro de la literatura en general; de hecho, una queja amarga de los aficionados a los géneros se refiere a la tendencia por parte de la crítica literaria elitista y despreciativa hacia éstos de "robar" sus mejores obras, aquellas de mayor calidad, afirmando que pertenecen a la literatura en general, lo que les deja vía libre para seguir despreciando el resto. Lo que nos lleva a uno de los conceptos clave a la hora de tratar este tema: la calidad. Existe la creencia a nivel popular, estimulada por cierto tipo de crítica, de que la literatura de género adolece de una falta general de calidad, en dos niveles: por un lado, no hay demasiadas obras de calidad dentro de cada género; y, por otro lado, los géneros son un tipo inferior de literatura. Con respecto a la primera afirmación, hay que decir que es más que relativa: para empezar, depende del género concreto que tratemos, ya que, por poner un ejemplo, la novela romántica (en la que sólo son consideradas dignas las obras de autores clásicos como Charlotte Brönte y Jane Austen) presenta una situación totalmente distinta a la de la novela negra (que abunda en autores idolatrados por la crítica, como Chandler, Himes, Simenon, Jim Thompson, por no hablar de los más modernos). Por otro lado, sí es cierto que el éxito comercial de los géneros, sobre todo en los países anglosajones y en épocas recientes, ha propiciado una proliferación de "autores" más interesados en el éxito económico que en el literario, junto a otros fenómenos igualmente perjudiciales para la Literatura (al menos potencialmente) como la novela de encargo (muy extendida en el subgénero de la fantasía heróica) o las continuaciones de novelas de éxito, hasta degenerar en series interminables. Por último, señalar que la calidad de una obra de género debe ser determinada, en primer lugar, dentro de los parámetros del género al que pertenezca, y, sólo después, sometiéndola a los criterios generales de calidad de la Literatura. Y es aquí donde conectamos con la segunda afirmación a la que nos habíamos referido más arriba, y que establecía que los géneros son un tipo inferior de literatura... pues bien, quienes afirman esto se basan en la idea de que hay temas más "serios" y temas menos serios; que los primeros, aquellos que reflejan la vida, la condición humana, las contradicciones del ser, la problemática relación del hombre con la sociedad, etc., sólo se encuentran en la literatura en general, mientras que los segundos, puramente lúdicos, destinados únicamente a la evasión, dan lugar a los géneros. Esta afirmación, empero, es demasiado simplista: Bradbury, al hablar de la colonización de Marte en una obra inolvidable, estaba hablando en realidad del hombre, de su miseria y su banalidad; Lovecraft, a lo largo de toda su obra, lidió -aun sin saberlo- con terrores que anidan en lo más profundo de nuestro inconsciente colectivo y que forman parte de nuestra herencia genética, y, por lo tanto, de nuestra condición humana; cualquier novela de género negro lleva implícita una crítica despiadada de la sociedad, y presenta tipos humanos literariamente fascinantes... ¿pueden estas obras, y otras muchas como ellas, ser calificadas de superficiales? Parece más conveniente, y más prudente, hablar de que en la literatura de género estos temas serios no son prioritarios, no son tratados tan extensamente como en la literatura en general, en la que son lo fundamental, incluso muchas veces no se encuentran en la génesis de una obra, incorporándose sólo más adelante, y sólo pueden ser detectados en una lectura profunda, ya que están vestidos con los ropajes de cada género, ocultos tras la colonización de un planeta, el enfrentamiento con seres sobrenaturales o la investigación de un asesinato. Así, la literatura de género cumple ante todo su propósito de evasión, y sólo después se propone metas más ambiciosas (si se invierte esta prioridad, nos encontramos con obras de difícil definición). Por otro lado, hay muchas obras de género cuyas lecturas se agotan en lo puramente lúdico... como se puede ver, el tema no es tan sencillo como parecía a priori, y requiere una mayor reflexión antes de adoptar posturas doctrinarias. Lo que es cierto es que estas posturas han hecho mucho daño a los géneros, perjudicando su imagen y produciendo un sentimiento de inferioridad entre sus lectores y, hasta cierto punto, sus autores, sentimiento que no se corresponde con una historia plagada de grandes obras e inimitables cultivadores. De esta manera, si rechazamos la calidad como el criterio diferenciador entre la literatura de género y la literatura en general, derribando así un mito ampliamente extendido, debemos acudir a algún otro concepto que vertebre este debate, y ese concepto ha de ser, sin duda, el de fórmula. Y es que la literatura de género se adapta a una serie de fórmulas, distintas en cada género, que determinan en gran medida los temas a tratar, los tipos de personajes, las ambientaciones concretas, e incluso los sentimientos y las intenciones del autor al redactar su obra. Estas fórmulas no son inamovibles, y están sujetas, más que la literatura en general, a las modas y tendencias (que dan lugar, frecuentemente, a los subgéneros); sin embargo, hay un núcleo inalterable en cada una de ellas, y así, por ejemplo, la novela negra siempre reflejará lo más sórdido de la sociedad, escenario en el que personajes desarraigados luchan por sobrevivir y por mantener su dignidad. Así, mientras que un creador de literatura en general tiene total libertad para tratar cualquier tema que le plazca, y dejar que su personalidad, su Voz, se exprese sin ningún tipo de cadenas, un creador de género está constreñido (sólo hasta cierto punto) por las fronteras de su género (e, incluso, si combina varios, como frecuentemente sucede, por las de todos ellos); mientras que el primero utiliza, como único material para su obra, su propia experiencia, su percepción del mundo, su sensibilidad peculiar, el segundo se apoya en una tradición literaria asentada, firme, bastante uniforme, que le marca qué caminos debe seguir, para incorporarse fielmente a esa tradición, o evitar, buscando otros alternativos, para renovarla y enriquecerla (pero nunca minarla o renegar de ella; los géneros constituyen las auténticas "familias" dentro de la Literatura). De esta forma, la diferencia entre la literatura en general y la literatura de género se encuentra en su génesis, en el bagaje con que un artista se acerca a la construcción de su obra, más que en su resultado, la obra en sí; es, también, la diferencia entre generalidad y especifidad, entre total libertad creativa y restricción a unos esquemas preestablecidos... pero no olvidemos que uno y otro tipo de literatura siempre tendrán como protagonista al hombre, puesto que éste no sabe sino escribir sobre sí mismo; no olvidemos, pues, que uno y otro tipo de literatura son Literatura.


2.- DEFINICIONES.

Procede ahora proponer unas definiciones de los géneros que vamos a abordar, definiciones meramente tentativas, ya que, como hemos señalado más arriba, estos tres géneros están estrechamente relacionados entre sí, alimentándose mutuamente, encontrándose unos en el origen de otros, y produciendo en su unión el nacimiento de subgéneros inclasificables; todo lo cual dificulta el aislamiento de un número limitado de características que singularicen y definan cada género; a lo que se une, complicando aún más el panorama, la falta de uniformidad en la terminología aplicada a estos géneros, desde la vaga etiqueta de "género fantástico" que, en España, los engloba a todos, hasta los innumerables términos que, en el ámbito anglosajón, se utilizan para denominar géneros, subgéneros e incluso tendencias, creando clasificaciones muy especializadas y oscuras para el no iniciado. Intentemos, aún así, una aproximación.


3.- HISTORIA.

A continuación vamos a esbozar brevemente la historia de cada género, procurando señalar aquellas tendencias, autores y obras que se considere representativos de cada uno de ellos. Todo ello con la intención de contextualizar y servir de referencia al estudio posterior, especialmente a la lista de autores y a la de obras clásicas sobre las que se pregunta en el cuestionario.


4.- EL SECTOR EDITORIAL EN ESPAÑA.

Que es floreciente en lo relativo a estos géneros; la fácil comercialidad de muchas de sus obras, el fenómeno best-seller al que se adscriben de forma vitalicia algunos de sus autores, y el amplio calado entre el público joven de unas y otros, ha provocado que en estos últimos años la literatura de imaginación haya superado el ostracismo editorial al que tradicionalmente se la había condenado en este país y que la convertía en una rareza al alcance de muy pocos aficionados. De hecho, el redescubrimiento de lo fantástico, a todos los niveles (público, crítica) es una de las grandes tendencias de este fin de siglo, y ha provocado todo un boom editorial en el que se hace necesario distinguir el grano de la paja. A continuación vamos a comentar algunas de las colecciones y editoriales más importantes, en relación a estos géneros, que operan, con desigual fortuna, en el actual mercado editorial español; la selección sigue un par de criterios:

A través de este estudio pretendemos remarcar la diferencia, ya reseñada en algún otro ensayo, entre literatura popular y literatura de calidad, diferencia que vertebra de manera fundamental cualquier discusión sobre la literatura de género. Las colecciones o editoriales aquí comentadas son asímismo objeto de una de las preguntas del cuestionario, que requiere la opinión del bibliotecario sobre ellas, lo que nos permitirá hacer interesantes inferencias. Las colecciones son:


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