Aunque tú no estás
Aunque tú no estás, mis ojos
de ti, de todo, están llenos.
No has
nacido sólo
a un alba,
sólo a un ocaso no he muerto.
El mundo lleno de ti
y nutrido el
cementerio
de mi, por todas las cosas,
de los dos, por todo el pueblo.
En las calles voy dejando
algo que voy recogiendo
pedazos de vida mía
perdidas desde muy lejos.
Libre soy en la agonía
y encarcelado me veo
en los radiantes umbrales,
radiantes de nacimiento.
Todo
está lleno de mi:
de algo que es tuyo y recuerdo
perdido, pero encontrado
alguna vez, algún
tiempo.
Tiempo que se queda atrás
decididamente negro,
indeleblemente rojo,
dorado sobre tu cuerpo.
Todo está lleno de ti
traspasado de tu pelo:
de algo que no he conseguido
y que busco entre tus huesos.
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