UESTRA TIERRA

La comarca, arqueológicamente, es muy rica en yacimientos: castros, pinturas rupestres, villas, estelas, necrópolis... En la Edad Media, el concejo de Toledo extendió su señorío por estas tierras. Desde La Puebla de Alcocer se emprendió la repoblación de la comarca: Siruela, Talarrubias, Casas de Don Pedro, Herrera....

A lo largo de la historia, quizá lo más destacable sean los continuos avatares por los que atraviesa la zona: Puebla, con su territorio, pasa en varias ocasiones a Toledo, a señorío, a vizcondado. Capilla (reconquistada en 1226) y Siruela pasan de la orden del Templo a la de Alcántara. El Estado de Capilla y el vizcondado de La Puebla se unirán en el siglo XVI, con un extenso territorio adscrito a la casa ducal de Béjar y posteriormente, a la de Osuna. Estos avatares llevan a algunas poblaciones a pertenecer en distintas épocas a diversas provincias (Toledo, Ciudad Real, Badajoz), hasta 1833, cuando se establece la configuración actual.

En el siglo XIX ésta es ya la zona menos poblada da la provincia: las guerras carlistas y coloniales, las pésimas comunicaciones, las hambres y las epidemias son las culpables. En nuestro siglo, la emigración es a protagonista principal, con unos índices que superan la mitad de la población.

El terreno es muy irregular, con sierras cuarcíticas, rañas, pizarras, penillanuras... El suelo, generalmente de tierras pardas, es pobre y poco profundo, debido a las numerosas afloraciones rocosas. La zona norte esta accidentada por las estribaciones de los Montes de Toledo, la zona sur, más llana, por las de Sierra Morena.

La comarca está muy condicionada por la gran cantidad de agua embalsada. El Guadiana está regulado por los embalses de Cíjara, Puerto Peña y Orellana (esta última presa no esto situada en lo comarca, pero sus aguas inundan parte de ella), el río Zújar (que sirve de límite natural en la parte sur de la comarca), por los de La Serena y Zújar; y el río Gundalupejo, por el embalse de Valdecaballeros. El paisaje, además, se compone de pastos, olivar, tierras de cultivo y dehesas. A ellas se unen las zonas ocupadas por bosque y matorral mediterráneo (encinas, alcornoques, jaras, madroños...), así como importantes masas forestales de repoblación (pinos y eucaliptos).

La principal riqueza es la explotación ganadera, de tipo extensivo, fundamentalmente de ganado ovino y, menos, del caprino. En otros tiempos, la cañada leonesa y los ramales de las cañada soriana y segoviana hicieron confluir en esta zona ganados de todas las rutas de trashumancia.

Para saber algo más: Camacho Cabello, Jose. "La Siberia Extremeña, marco geográfico y desarrollo histórico". Revista de Estudios Extremeños, 1999. Tomo LV, III.

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