La imagen del Cristo de la Angustia es un crucificado de tamaño natural artísticamente realizado en pasta de escayola y esparto, hecho que, reflejando la humildad de su construcción, no interfiere en la espléndida impresión que produce la imagen. El Cristo es de una gran belleza y expresividad, reflejándose en su rostro el momento agónico de la expiración en toda su pureza. Su cara llena de sangre refleja la angustia del severo sufrimiento, mueve a la compasión, apoderándose de la atención de quien lo contempla.
Su cabeza está ligeramente vencida hacia la derecha con la mirada clavada en lo alto, su boca entreabierta y desencajada. El cuerpo guarda la misma proporción y perfección del rostro, dejando ver en sus costados las señales dejadas por los flagelos.
El Crucificado descansa sobre unas andas sencillas de madera, con respiraderos de estilo barroco y en el frontal y trasera un medallón con una sencilla cruz griega tallada. Sobre el paso los cuatro artísticos faroles de las esquinas, los cuales están realizados en bronce, en las esquinas traseras lleva dos pequeños candelabros plateados de nueve brazos, los faldones son de terciopelo morado, color de la Cofradía, y han sido estrenados en 1996.
En su exorno floral se emplean
alrededor de 90 docenas de claveles rojos, acompañados por gladiolos
del mismo color y rosas rojas que van a los pies del Cristo, siendo todas
las flores regaladas por sus devotos. Las flores se disponen sobre un tapiz
de verde natural y en varias piñas situadas en los laterales del
paso.
