Esta imagen está también
denominada por la Cofradía como Santísimo Cristo de la Humillación
y "Rey de Burlas", por representar icnograficamente el momento en que,
coronado de espinas, se burlan de Él. la autoría y procedencia
de a talla es desconocida; pero pudiera ser teniendo en cuenta que el cristo
es lo que normalmente se denomina un "Coronado de Espinas", y dado que
por la total falta de documentos sobre la imagenería pacense, no
se sabe como y cuando llegó a la Hermandad, es muy posible que esta
misma imagen fuese le titular de la "Cofradía del Coronado de Espinas
o Cristo del Rosario", que aprobada en 1695 tenía su sede en el
convento de Santo Domingo. Ésta era una Cofradía penitencial
de gran renombre en la ciudad, desconociendose el destino de la mencionada
imagen a partir del último tercio del S.XIX, fecha que parece coincidir
con la aprición de un "Coronado" en la ermita de la Soledad, al
que no se hace referencia con anterioridad. Esto unido a que no parece
probable que hubiese dos imágenes de la misma advocación
en la ciudad, hacen pensar en que la actual y la titular de aquella Cofradía,
sean la misma, viniendo a la ermita, seguramente, trás la desamortización
del citado convento y posterior desaparición de la Hermandad. El
Ecce-Homo es una imagen del S.XVII de buena factura, destacando en su expresión
la inclinación de su cabeza a la izquierda y hacia arriba, que,
junto con las suaves formas de su rostro, le dan una sensación de
dulzura. Loa ojos parecen estar pintados en cáscara de huevo le
imprimen una aire diferente un aire diferente, y el trabajo de su cabello
y barba, unido a los dientes cuidadosamente tallado, ponen de manifiesto
el buen trabajo realizado en la imagen. Sobre su cabeza luce una corona
de espinas y potencias de plata repujada. El Cristo a parece con gesto
resignado, sentado, maniatado y con una caña entre sus manos, destacando
la proporcionada anatomía que muestra en su lacerado cuerpo el sufrimiento
padecido. Las andas y la peana sobre las que se asienta la imagen son de
estilo barroco y casi idénticas a las del Cristo de la Paciencia,
estando también talladas en madera de nogal por Ramón Salas.
Lleva en el frontal un medallón con el rostro de Jesucristo y la
imagen de la Virgen en la trasera. Los laterales se rematan con Símbolos
de la pasión. Sobre el paso lucen cuatro estupendos faroles que
se asientan en cuatro blandones tallados de pequeña altura. Estos
de caprichosas formas, están hechos en bronce trabajado y son de
gran belleza. El paso se adorna con un centenar
de docenas de flores de diferentes clases y colores, aunque suelen predominar
los claveles blancos. Este exorno floral, colocado demasiado alto a veces,
dificulta la visión de la destacada imagen.