Apuntes, Ideas y Consideraciones Generales para un Proyecto de Museo de Historia Local de la Ciudad de Badajoz





escudo de Badajoz



Mucho antes de que en el año 875 de nuestra era el árabe Ibn Marwan sentara las bases de lo que hoy conocemos como Badajoz, el reloj de la historia ya se había puesto en marcha en este lugar.

En total más de once siglos de historia escrita a fuerza de sangre, valor, fuego, sufrimiento y honor.

Esta página pretende ser un homenaje a todos aquellos que de uno u otro modo dejaron su vida en los muros de esta ciudad.





Índice

Introducción
Consideraciones generales
Dioramas
Un ejemplo concreto
Personajes
Documentación gráfica y audiovisual
La muralla abaluartada (s. XVII)
Otros aspectos
Enlaces
Bibliografía
Epílogo
Formulario
Agradecimientos
Escríbeme



Introducción

Los museos siempre han sido considerados como un elemento básico en la cultura del ser humano. Una manera de conservar la historia, los avances en la investigación científica, la producción artística y técnica del hombre, el entorno natural que le rodea, la memoria, en definitiva, de la humanidad, de una región o de un pueblo.

Si la creación de un nuevo museo se justifica por sí sola, mayor interés aún debe despertar cuando se trata de devolver a una ciudad su historia olvidada. Durante mucho tiempo, la ciudad de Badajoz ha vivido inmersa en un sentimiento de inferioridad causado, en parte, por la presencia en su inmediato entorno geográfico de una serie de poblaciones con un destacado patrimonio: Cáceres, Mérida, Évora..., unido al propio desconocimiento e indiferencia de su gente y de sus gobernantes. Un desconocimiento que nos hacía desestimar lo propio, nuestra ciudad, el lugar en el que vivimos y en el que muchos hemos nacido. Una ignorancia que nos llevaba a querer proyectar nuestra identidad como ciudad en asuntos algo efímeros o insustanciales como las fiestas de Carnaval (cada vez más consolidadas), los resultados de nuestros equipos deportivos o la modernidad de nuestra ciudad y la cantidad y variedad de sus servicios.

Badajoz es eso, por supuesto que sí, pero es mucho más. Badajoz es también y de un modo muy especial, su patrimonio, su casco antiguo y su historia. Una historia que para sí la quisieran muchos lugares y a la que se le ha venido dando la espalda de un modo sistemático e inexplicable. Pero afortunadamente esta tendencia parece estar invirtiéndose en los últimos tiempos. Badajoz está comenzando a tomar conciencia de su pasado histórico y necesita un sitio donde poder recogerlo y contarlo, y es ahí donde entra nuestro museo. Si echamos mano del tópico de que para amar y valorar algo primero hay que conocerlo, llegamos a la conclusión de que Badajoz necesita este museo.


Argumentemos esto con dos tipos de razones que a la vez podrían convertirse en objetivos a perseguir por el museo:
    Objetivos científicos:
  • Reunir, por fin, bajo un mismo techo todo el material disperso relativo a la historia de Badajoz
  • Ofrecer una visión de conjunto del mismo y poner de manifiesto su importancia para la ciudad
  • Hacer "tangible" o "perceptible" algo tan inmaterial como la historia de la ciudad, el patrimonio de la memoria

    Objetivos didácticos:
  • Satisfacer la creciente demanda de información acerca de la historia, el patrimonio, las costumbres, etc. de Badajoz, surgida en el seno de la propia ciudad
  • Ayudar a elevar la autoestima de la ciudad mediante el autoconocimiento, actuando especialmente en el público de edad escolar para construir el futuro de la ciudad desde los cimientos
  • Ofrecer al visitante de fuera una visión general del período de existencia de la ciudad, con especial interés en combatir el desconocimiento que de la misma se tiene en el exterior

Badajoz en 1935

Lo que aquí sigue no es ni mucho menos un proyecto exhaustivo y detallado. Se trata de ideas sueltas recopiladas gracias a una pequeña experiencia como visitante de unos pocos museos de Londres y otros más cercanos geográficamente, de pabellones de las expos de Sevilla´92 y Lisboa´98 y de algunas exposiciones itinerantes, entre las cuales destacaría las promovidas por la Fundación la Caixa. A esto hay que sumar unos ligeros y básicos conocimientos tras haber cursado la asignatura de Museología en la Facultad de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Extremadura y un pequeño interés por el tema que me ha hecho ver y recopilar cuanta información relacionada he podido. Así pues, yo no invento nada nuevo. Lo único que pretendo es poner determinadas técnicas expositivas ya utilizadas por algunos museos al servicio de la historia de Badajoz.

Todo museo debe prestar una atención especial a sus cuatro elementos esenciales: el contenedor, los contenidos, el público y la difusión cultural. Además, deben cumplirse las seis funciones básicas de todo museo. Tanto el ICOM (Consejo Internacional de Museos) como el Reglamento de museos de titularidad estatal, en Real Decreto del 10 de Abril de 1987, coinciden en señalar que estas son:
  • Coleccionar (adquisición de obras o piezas)
  • Conservar (restauraciones y medidas de seguridad)
  • Documentar (sistema de información y proceso documental)
  • Investigar (elaborar instrumentos de descripción, promover publicaciones y programas de investigación)
  • Exponer (montaje y diseño de la exposición)
  • Divulgar (comunicación, información, difusión, publicaciones)

Visita las webs del ICOM relativas a Museos en España y Museos del Mundo. También la del Ministerio de Cultura sobre Museos Nacionales y un Directorio de Museos del Mundo.

Ahora, amigo/a cibernauta, te invito a que sigas adelante para conocer mi particular y subjetiva (y por tanto perfectamente discutible) visión de lo que debería ser un museo que aspira a mover algo en lo más profundo del corazón de todos los badajocenses. Como la imaginación es ilimitada, me he permitido concebirlo sin restricciones de ningún tipo; ni técnicas, ni presupuestarias (¿quién puede poner freno a los sueños?), tal y como lo he pensado en innumerables ocasiones, pero dejando muy claro que, aunque difícil, su realización es perfectamente posible. Así pues te dejo no sin antes desear que algún día, no muy lejano, podamos encontrarnos dentro de esta utopía hecha por fin realidad.

Veamos qué características tendría nuestro museo.


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Consideraciones generales

En los últimos tiempos se han producido grandes avances en el planteamiento de los museos hasta el punto de que podemos hablar de un nuevo concepto de museo o de museos de nueva generación. Por ello, muchos de estos centros por todo el mundo han experimentado una importante evolución para adaptarse a las nuevas corrientes. Lejos comienzan a quedar ya aquellos museos fríos, simples, silenciosos y poco acogedores integrados casi exclusivamente por vitrinas diseminadas por varias salas y en las que el visitante se encontraba perdido entre una exposición cuyas piezas parecían no tener demasiada conexión entre sí.

El museo del futuro (y del presente) viene definido cada vez más por una serie de características comunes a todos ellos: la utilización de las nuevas tecnologías, la incorporación de montajes multimedia y elementos interactivos, la recreación de ambientes y la persecución de fines didácticos entre otros, han cambiado el concepto tradicional de museo.

El museo que no coja el tren de las nuevas tecnologías renunciará a su futuro (Diario HOY, 20 de Mayo de 1997). Esta era la principal conclusión a la que se llegaba en el seminario Los museos ante las nuevas tecnologías de la información. En él se hablaba de la aplicación de las nuevas tecnologías tanto a la gestión de la información en los museos, como a la presentación de la propia exposición y el papel a jugar por Internet (museos virtuales, teledocencia, etc...).

Antes de entrar en detalle en las características de la exposición, vamos a dejar constancia de las exigencias del público en este tipo de centros, que es, al fin y al cabo para quien se trabaja. ¿Qué pide el visitante? Dos cosas:
  • Que la exposición le resulte agradable, entretenida y atractiva
  • Información y formación (que sea divulgativo y educativo)
Así pues, ya tenemos los dos principios inquebrantables, máximas o directrices básicas que nos van a guiar en el concepto, diseño y montaje de la exposición: Será un MUSEO ATRACTIVO con una clara FINALIDAD DIDÁCTICA

¿Qué características concretas tendrá la exposición?

En primer lugar, se tratará de un tipo de exposición lineal o evolutiva trazada según el criterio de orden cronológico (desde los primeros asentamientos en la zona hasta nuestros días) y con un recorrido concreto y fijo a seguir (principio-fin) lo que va a permitir orientar o guiar la circulación del público de un modo más sencillo y ordenado.

El siguiente punto es la ambientación, que va a desempeñar un papel muy importante. Los ecomuseos juegan con la recreación artificial de ambientes y la reproducción de sensaciones mediante decoración, luz y sonidos. Utilizan escenografías, presentaciones y elementos o instrumentos contextualizadores (decoración, objetos de época, música ambiental...) para crear "atmósferas" especiales. Así, por ejemplo, la sala del periodo musulmán se caracterizaría por sus grandes hileras de arcos de herradura y su fondo musical de inspiración árabe, entre otras cosas. Una mención muy especial merece el tema de la luz. En estos museos se utilizan iluminaciones estratégicas destinadas a concentrar la atención en puntos muy concretos y a crear ambientes. Esto les convierte en museos generalmente oscuros o de escasa luminosidad donde los juegos de luces tienen un papel fundamental. Todos estos elementos tienen la finalidad de hacer que la muestra sea más impactante, jugando con las sensaciones y emociones del público y haciendo uso, en ocasiones, del "factor sorpresa". No se trata de contarle cómo fue una batalla, sino de "sumergirle" en medio de ella.

Badajoz árabe (siglos IX a XIII)

En cuanto al material de la exposición, éste abarcaría una amplia gama. Tenemos, en primer lugar, a los objetos originales o piezas históricas de valor histórico real y las reproducciones o réplicas. Es fundamental la necesidad de contar con piezas verdaderas que le den ese tono científico o "serio" al museo (p.e. armas o el fajín del general Menacho) y con reconstrucciones fieles de objetos. Parece firme la posibilidad de que se produjeran cesiones por parte del Museo del Ejército de Madrid y particulares. Otros instrumentos serían: paneles informativo-explicativos (texto, gráficos, esquemas), con preferencia por los luminosos; mapas, planos, grabados, fotografías y dibujos (con ampliaciones de ellos), maquetas, dioramas y reconstrucciones de escenas históricas (también a tamaño natural). A esto hay que sumar los sistemas de proyección a lo largo de todo el recorrido y en la sala de audiovisuales (películas, reportajes y documentales elaborados por la sección de producción audiovisual del museo). También el material interactivo como ordenadores (con pantallas sensibles al tacto) y elementos accionados por el propio visitante (apretar botones, etc.). Fundamentales son los montajes audiovisuales (sonido y vídeo) y los montajes multimedia (combinación de sonido, imagen e información). Además habría que contar con otros elementos más innovadores como la recreación de personajes históricos en cera. Para ilustrar esto tomemos un ejemplo de la realidad: a nadie le parece anacrónico o fuera de lugar la representación en cera de San Philip Howard (1280) que existe en la Beauchamp Tower en plena Torre de Londres. Muy al contrario, se trata de un magnífico elemento contextualizador. Otro de estos elementos innovadores es la reconstrucción virtual, mediante ordenador, de determinados aspectos históricos (p.e. evolución urbanística de la ciudad, construcción de la Catedral a través de los siglos, trazado de las murallas y descripción de sus elementos formales, etc...) para elaborar informes con finalidad divulgativa. Todos estos recursos expositivos constituirían el grueso de la exposición y su fin principal es el de conectar al público con la colección, estar al servicio del mensaje.

Salas del Natural History Museum de Londres, auténtico ejemplo a seguir como museo:

sala del Natural History Museum de Londressala del Natural History Museum de Londres

Se debe observar un especial cuidado en el montaje y diseño de la exposición para así conseguir uno de los principales objetivos que se persiguen: lograr que los contenidos estén perfectamente integrados, que su presencia en el museo tenga sentido y esté plenamente justificada. Con ello alcanzaremos uno de los fines esenciales: ofrecer una visión global y completa del tema y transmitir pocas ideas, pero muy claras y concisas.

Junto a esto hay que considerar una serie de actividades complementarias promovidas por el centro: exposiciones temporales, conferencias y seminarios, organización de visitas guiadas tanto internas (dentro del propio museo), como externas (por la ciudad) para las cuales se podría contar con la siempre desinteresada colaboración de la Asociación Amigos de Badajoz, proyecciones, talleres, etc.

A los instrumentos didácticos anteriormente mencionados (ambientales y audiovisuales) hay que añadir los textuales, básicos en cualquier museo. Son de dos tipos: estáticos (cartelitos al lado de las piezas) y genéricos (folletos propagandísticos o trípticos a la entrada, guías, planos, catálogos, página web, CD-ROMs, puntos de información,...).

Respecto a la distribución espacial, además de las dependencias elementales en cualquier institución de este tipo (salas de exposiciones, salón de actos, biblioteca, salas de investigación, conservación y depósitos, archivos y otras dependencias administrativas), tendríamos en cuenta la presencia de otros dos recintos menos habituales y muy ligados a la concepción anglosajona de museo. Se trata del bar-cafetería, donde se ofrece la posibilidad de hacer un alto durante la visita consumiendo productos autóctonos y de la típica tienda-librería en la que poder comprar todo tipo de merchandising, anglicismo este que define a un tipo de artículo destinado a promocionar una imagen o un lugar; son los tradicionales "recuerdos" (postales, llaveros, pins, camisetas, bolígrafos, maquetas de monumentos, láminas o reproducciones de planos y grabados, vídeos, CD-ROMs, libros, juegos...). Estos nuevos servicios pueden suponer una gran fuente de ingresos.

Conectando con lo anterior, creo interesante la idea de concebir el museo como si de una empresa se tratara. Intentamos vender un "producto" y para ello lo presentamos de un modo atractivo. Con esto pretendemos obtener un beneficio, en este caso no tanto económico como cultural: lograr que la gente valore su ciudad partiendo del conocimiento de su historia. Con una correcta difusión de la actividad del museo a la opinión pública (promoción social del museo) conseguiremos que se ponga en marcha el mecanismo publicidad-visitantes-fama, prestigio, renombre. Por el contrario, si presentamos algo aburrido, mediocre y hecho con escasez de recursos, dificilmente alcanzaremos ninguno de los objetivos propuestos. La inversión realizada en su construcción tendrá sus rendimientos en el futuro.

Para evitar una posible polémica, creo conveniente dar por sentado que el hecho de presentar el contenido de un modo más digerible para el visitante, no debe ir necesariamente en detrimento del rigor científico e histórico. En ningún caso se pretende frivolizar el acto cultural del museo. Debe ser posible aunar el rigor científico pero que a la vez sea asimilable para todo el público (que abarcaría a un amplio espectro: desde los más entendidos hasta profanos en la materia y niños). Ahí es donde entra nuestra habilidad y capacidad para hacerlo factible. De todos modos y si fuera necesario, siempre se podría revisar el concepto de museo para considerarlo como un Centro Temático sobre la Historia de Badajoz, aunque con clara vocación museística.

Así, partiendo de todas estas consideraciones, podremos desarrollar el proyecto que culminaría en la puesta en marcha de un museo moderno, amplio, atractivo y didáctico. Un museo dedicado por entero a la historia, costumbres y etnografía de Badajoz, haciendo especial hincapié en el carácter militar de la ciudad. Un lugar que además podría ser la nueva sede del Archivo Municipal, actualmente ubicado en el Ayuntamiento de Badajoz. Con ello conseguiríamos crear el mayor centro de estudios y documentación, junto con la biblioteca de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, especializado en la Historia Local.


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Dioramas

diorama
¿Qué es un diorama? Comencemos definiéndolo. Según el maestro del modelismo Sheperd Paine "un diorama es cualquier escena representada en tres dimensiones, un modelo o grupo de modelos situados en un encuadre realista. Este encuadre consiste casi siempre en una base paisajística de algún tipo, y probablemente algunas figuras para añadir escala e interés. En su forma más desarrollada, un diorama es una escena que cuenta una historia. Esto simplemente significa que un diorama puede mostrar "algo que está ocurriendo". En este sentido, un diorama no es simplemente un modelo de un objeto o grupo de objetos, sino de un acontecimiento. Este acontecimiento puede ser activo y evidente, como un ataque de la infantería, o pasivo y sutil, como abatidos soldados de infantería descansando después de un combate, o un triste o desamparado avión abandonado en el desierto. Cuando un diorama se transforma en narrativo, las figuras se convierten en un elemento importante. El diorama proporciona un significado y una perspectiva que un modelo por sí solo no puede dar. También puede ofrecer más que un simple contexto histórico". Resumiendo, un diorama es una escena que representa un momento histórico.

soldado napoleónico francés

Los dioramas han sido durante mucho tiempo una forma de representación aceptada por los museos y también en los últimos tiempos una auténtica afición o hobby de habilidosos perfeccionistas obsesionados con la minuciosidad de lo pequeño y el rigor y fidelidad a la historia. Los museos de historia natural utilizan con frecuencia dioramas de tamaño real para representar animales en su hábitat natural.

Los dioramas reproducen pequeños detalles, actitudes, gestos. Suponen una auténtica reconstrucción de la historia a través de sus momentos más destacados: batallas, rendiciones, firma de acuerdos y tratados o simples escenas cotidianas o rutinarias de la vida castrense. Tienen su precedente en la construcción de maquetas, en los célebres y clásicos soldaditos de plomo y en el modelismo de ferrocarriles. Son una forma de arte más.

highlander británico
Soldado napoleónico francésHighlander británico

Los dioramas no tienen por qué ser necesariamente maquetas, ya que tanto a escalas reducidas como a tamaño natural son una de las técnicas expositivas más utilizadas por los museos de historia y militares. Así lo pone de manifiesto don Juan Sosa Hurtado, director del Museo del Ejército de Madrid en su carta publicada en el Boletín Informativo del museo en el nº 4 (Junio de 1997), de la que reproducimos un fragmento: "Una faceta a través de la cual se ha manifestado con amplia proliferación el arte histórico militar es el miniaturismo. Y ello en sus diversas modalidades como son la figura o reproducción de soldados, vehículos, armas, etc., los dioramas o escenificaciones de acontecimientos, o el maquetismo o reproducción de armamentos, edificaciones militares, puentes, etc. La fidelidad conseguida en la miniatura y el valor técnico e histórico de muchas de estas reproducciones ha hecho que prácticamente todos los museos militares dediquen espacios destacados a esta forma de expresión artística. [...]Estas figuras constituyen una rica muestra de uniformes, banderas, armas, formaciones y escenificaciones diversas..."

diorama

Para su confección existen auténticos expertos especializados en paisajismo, envejecimiento y coloreado de figuras, compositores, montadores y distribuidores de escenas, conocedores de la anatomía humana y de la historia. La construcción de un diorama supone un amplio trabajo previo de documentación sobre la escena que se va a representar. Se trabaja para una audiencia, para el espectador que va a contemplarlo.

Los materiales utilizados son generalmente la madera, cola de resina, cartón piedra y barniz para la base, arena, guijarros, serrín, grava, hierba estática y vegetación natural para el terreno, pintura, cartón, yeso o harina para la nieve, pasta acrílica, masilla de epóxido, escayola y resina de poliéster para el agua y masilla plástica.


Para ampliar el tema, se pueden consultar las obras del especialista en dioramas Sheperd Paine Cómo construir dioramas (Barcelona: Cúpula, 1993) y Modelado, ensamblado y pintado de figuras a escala (Barcelona: Cúpula, 1996). En la red también existe gran cantidad de información, como en el apartado "Military Miniatures" (Miniaturas Militares) de "Especialistas en Historia Militar" o en "Model Soldiers". Así mismo puedes visitar la página de la Asociación de Miniaturistas Militares de España (con una excelente selección de links). Haz click sobre la imagen superior para acceder a una magnífica página de nuestro país sobre figuras de dioramas.


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Un ejemplo concreto

Veamos cómo sería nuestra hipotética sala dedicada a la Guerra de la Independencia.

AVISO:
¡los contenidos de este apartado serán ampliados en el futuro!

retrato del general Menacho

asalto del ejército británico a la alcazaba

retrato de lord Wellington


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