Augusta Emérita fue fundada por orden del emperador Augusto en el año 25 a. C. como premio a los veteranos de las legiones V Alaudae y X Gemina.
Ubicada en el corazón de la ancestral Lusitania se convirtió de inmediato en una de los principales núcleos urbanos
de la Hispania Romana.
La decadencia romana no le restó ni un ápice de esplendor a la ciudad en la época visigoda, donde llegó a ser
la segunda urbe en importancia de los dominios visigodos, tras la capital Toledo.
Durante la época musulmana Mérida entró en franca decadencia; debido a las continuas rebeliones que los pobladores de Mérida llevaron a cabo frente al poder califal. Hasta que Abderramán II en el 842, como castigo, ordenó el expolio y destrucción parcial
de la ciudad. Desde entonces hasta la llegada de la Democracia la historia de Mérida (y por ende la de Extremadura)se resume en siglos de ostracismo, olvido, feudalismo atroz,
caciquismo, emigración y resignación. Ahora graciás a la llegada de la democracia y a la aprobación del Estatuto Autonómico, Mérida se ha convertido
en una próspera ciudad, cercana a los 60.000 habitantes, con una infraestructura turística y hotelera de primer orden y una amplia red de servicios.
Aunque es aún mucho el camino que queda por recorrer...